Wilmer Salazar

Concha Edo/Lizy Navarro. 
Aportes:  
El principal aporte de Edo radica en su explicación de las etapas del periodismo a partir de un análisis histórico que busca encuadrar la forma en que el periodismo ha sido utilizado de acuerdo a los contextos de cada época. Situando el periodismo ideológico (hasta el término de la I Guerra Mundial), periodismo informativo (a partir de 1870 y 1940, impuesto en occidente definitivamente en el año 1920) y finalmente el periodismo de explicación o interpretativo (una vez finalizada la II Guerra Mundial). Estas tipologías coinciden con lo explicado en clase por la Prof., por lo que su explicación caería en redundancia. 

Por su parte, Navarro engloba su trabajo alrededor de la tecnología y su relación con el desarrollo de un nuevo tipo de periodismo: el ciberperiodismo. Su trabajo cobra importancia tomando en cuenta que en este momento vivimos ante una sociedad que pasó de ser consumidora de la información a prosumidora de ésta. Sin embargo, a mi parecer su aporte en cuanto al ciberperiodismo por SMS no ha calado importancia en Venezuela, por ejemplo, donde el periodismo digital tiene su base en la masificación del uso de teléfonos inteligentes por un gran porcentaje de la población. Aunque está bien justificado su enfoque si se toma en cuanto la relevancia que tiene el tipo de información que queremos que llegue a nuestro dispositivo móvil, es decir, el filtro de informaciones que le interesan a cada usuario.  

Convergencias:  

          El punto de encuentro entre ambas autoras se expresa al momento en que Edo al final de su capítulo toca el tema del periodismo digital. Ella destaca la forma como debe trabajarse el lenguaje en los medios digitales y la manera de estructurar la noticia para hacerla más atractiva al lector digital. Me llama la atención el principio de su guía cuando habla acerca de que al estudiante de periodismo no solo debe enseñársele el empleo correcto de la sintaxis y las palabras, sino sobre todo la contextualización al momento de construir su trabajo. Aquí coincide Navarro cuando expone que el periodista digital muchas veces no se ha formado en la academia, sino más bien en la práctica del día a día que lo ha obligado a adaptarse a las nuevas demandas que vienen acompañadas del desarrollo de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs).